CONSEJOS PRÁCTICOS PARA ATREVESAR LA CRISIS

Por Andrés Miranda


PRESENCIAL. Sé que tal vez a muchos hoy les cuesta asimilar esto. Pero la iglesia del futuro será 100% presencial y 100% online. La gente ya esta viviendo así. Por un rato navegan en la redes, se informan, trabajan, estudian y hacen compras online. Al rato se sientan a tomar un café y a disfrutar de una charla presencial con la familia o con amigos. Todo el tiempo estamos interactuando entre los dos mundos, el digital y el presencial. La nueva realidad está aquí y va a quedarse. Para ser relevante y efectiva la iglesia debe entender esto. La pregunta no es si te gusta esto o no, la pregunta es qué vas a hacer al respecto. 

PERDER EL NORTE. En muchas ocasiones en la vida ministerial vamos a sentir que no sabemos bien qué hacer. Hay momentos en que se juntan diversas situaciones y las circunstancias te presionan para tomar decisiones, sobre las cuales no tienes claridad. Por un lado, tus emociones te dictan lo que tienes el impulso de hacer. Por el otro, tu mente te manda advertencias y te lleva a repasar el archivo de situaciones pasadas, patrones establecidos, pautas, principios y sobretodo la experiencia. Pero sabes bien que mucho análisis produce parálisis. Tú no quieres cometer errores. No quieres dañar a nadie ni retrasar la obra, pero sientes que perdiste el norte. Aquí mis consejos:

  1. Recuerda Quién te ha llamado.
  2. Recuerda para qué te ha llamado.
  3. Recuerda qué fue lo que te pidió que hicieras. 
  4. Recuerda quién eres en Él. 
  5. Recuerda Quién te sostiene.
DOMINGOS. Querido Pastor: debido a que el domingo viene toda la gente, o casi toda, pasan muchas cosas en la iglesia. Mi consejo es este: antes del servicio, proteja su unción y su enfoque en el sermón. Después del servicio, proteja sus oídos y sus emociones. Los domingos, tú también tienes derecho a volver a casa bendecido. Habrá una semana completa para discutir asuntos y resolver problemas. 

CUANDO JESUS ME VISITÓ EN MI OFICINA. El otro día Jesús entró en mi oficina. Mi primer impulso fue pararme y cederle mi sillón detrás del escritorio.
-Siéntate aquí, tú eres el Señor, le dije
Él hizo un gesto amable y me dijo que no.
-Yo fui quien te puse ahí, me dijo, tranquilo.
Y se sentó en una silla que tengo delante.
-Estoy tratando de hacer lo que me pediste, pero esto es muy difícil, me quejé..
-Crees que subir a la cruz fue fácil?
-No, por supuesto que no.
-Es que estoy cansado. No estoy disfrutando de la vida. No logro conciliar las dos cosas. Confesé.
-Sabes lo que pasa? me dijo, es que además del tuyo, estás tratando de hacer MI trabajo. Deberías hacer tu trabajo y después irte a descansar, disfrutar y dejarme a mí hacer MI PARTE. 

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