EL PASTOR GOLPEADOR (Violencia familiar y Abuso en el Liderazgo cristiano)

Por Gabriel Gil


A principios de los años noventa siendo yo un estudiante novato en el seminario teológico de mi denominación conocí el caso de un pastor especial. Predicaba con pasión, enseñaba con unción, la congregación que lideraba era encendida cada vez que subía al púlpito y los feligreses lo admiraban con sinceridad; sin embargo, algo raro había en él. Su forma de liderar era demasiado fuerte: gritos, órdenes despiadadas, golpeaba la mesa cada vez que podía diciendo ¡yo soy el pastor! Y de tanto en tanto algunas mujeres salían llorando de su oficina musitando entre dientes que habían sido agredidas verbalmente por él. Sus esposos lejos de defenderlas aprobaban la conducta del ministro porque 'esa era la forma de gobernar a sus esposas' — o al menos eso les había enseñado el predicador.

Años después de haberme graduado y estando yo en ejercicio del ministerio, me enteré que este pastor había sido denunciado por familiares de su esposa ante las autoridades policiales. ¿La razón? Agresión física, verbal y sicológica. El pastor golpeaba a su mujer cada vez que esta osaba llevarle la contraria y ahora estaban separados por orden del juez de familia... Fue un gran escándalo en su barrio así como en su organización religiosa; por supuesto que los miembros de su iglesia lo apoyaron totalmente (el ministro ejercía un poder hipnotizante en sus adeptos).


De esta historia se desprenden algunas reflexiones que deseo compartirles 

  1. Perfil del hombre abusivo con su esposa: Un esposo debe cuidar a su esposa, amarla, servirla, procurar su bien. Lo dice la Biblia y también las leyes civiles por las que las parejas contraen matrimonio; sin embargo, los esposos abusivos ignoran intencionalmente estas consignas causándoles a sus esposas 'un infierno aquí en la tierra'. He aquí doce de las principales características de los hombres abusivos:
    • Celos desmedidos 
    • Controlador compulsivo 
    • Expectativas poco realistas con su mujer, sobre todo en el área sexual 
    • Aislamiento (tienden a separar a su esposa de la familia de ella)
    • Culpa a su esposa por sus fracasos y proyectos no realizados
    • Hipersensible, todo le molesta, todo lo hace sentir mal y se desquita con su esposa
    • Crueldad con las mascotas (las patea, deja de alimentarlas, las maltrata) 
    • Usa la fuerza bruta durante el sexo (no desea satisfacer a su esposa sino a sí mismo, y si para ello debe obligarla lo hará)
    • Abusan verbalmente de sus esposas (le ponen apodos, las ridiculizan con bromas sarcásticas, les dicen pesadeces)
    • Usa la exposición pública para someter a su esposa (la trata de tonta delante de su familia, le dice que es inservible y así la muestra a los demás)
    • Rompe cosas, tira objetos, golpea las puertas; esto con el fin de amedrentar a su esposa 
    • Recuerda el pasado de la mujer, diciéndole que sin él, ella sería nada; o bien, que ella le arruinó la vida 
  2. Perfil del Líder 'cristiano' abusivo: Por increíble que parezca hay muchos parecidos entre los esposos abusivos y los líderes abusivos, estas son sus principales características.
    • Son controladores 
    • Tienden a sectarizar a su grupo, lo aíslan de otras iglesias o comunidades de fe
    • Responsabilizan a sus feligreses por el poco crecimiento del ministerio
    • Abusan verbalmente de sus adeptos con palabras soeces
    • Avergüenzan a aquellos que no están de acuerdo con sus postulados, los exhiben y luego los expulsan del grupo
    • Usan la culpa como medio de sometimiento 
    • Constantemente les recuerdan a sus seguidores que "ellos son los que mandan". Imponen su autoridad 'a la mala'.

CONCLUSIONES

Del pastor con que inicié este artículo nunca más supe, entiendo que se divorció de su mujer, se volvió a casar y levantó una nueva iglesia (o mejor dicho, secta). Pero una cosa sé: Esos casos se siguen dando dentro de nuestras iglesias evangélicas, ocultarlo es como tapar el sol con un dedo; afortunadamente son ejemplos aislados. 

Por eso el apóstol Pablo sentenció que "aquel que no sabe gobernar su propia casa no puede gobernar la iglesia de Dios". Pero ese vocablo - gobernar - no se refiere a fuerza, autoritarismo, sectarismo o abuso; sino a "cuidado". Y ese cuidado está ligado a otra palabra intrínseca en el verdadero liderazgo cristiano: Servicio. Jesús lo dijo así: "El que quiera gobernar, primero aprenda a servir".

Sentencio entonces que una persona que ejerce violencia contra los integrantes de su familia (en cualquier forma), no puede liderar los ministerios de Cristo en la iglesia. Su nefasto actuar lo descalifica para ser un administrador fiel, su necia conducta lo reprueba y su familia también. 

Tratemos pues con amor a nuestros cónyuges, hijos, padres y hermanos, ya que ellos son, como ya sabemos, la primera iglesia a pastorear. 

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