SUICIDIO DE PASTORES, ASÍ LO VEO YO

Por Dr. Luis Solís


Siempre la noticia de un suicidio es un triste y lamentable noticia, independientemente de quién sea y lo que haga. Actualmente es la principal causa de muerte en gente joven y las estadísticas a nivel mundial son dramáticas. Ahora cuando el suicidio se produce en un entorno cristiano nos llena de interrogantes. Pero aún más si la interrupción voluntaria de la vida es ocasionada por un ministro del evangelio esto nos deja estupefactos. Los pastores son demasiado valiosos para perderlos por lo que debiéramos ofrecer todos los recursos disponibles para protegerlos.

Estos tristes acontecimientos debieran ser una llamada urgente a un análisis profundo, serio y responsable de las posibles causes que puede llevar a un cristiano comprometido a tomar semejante determinación. Sin lugar a duda toda una contradicción para quienes han decidido colaborar con Dios en la tarea de nutrir, educar, vendar, guiar y proteger a otros. Un portador de buenas noticias, mensajero de vida, luz y libertad que revierte su misión hasta perder la capacidad de protegerse a sí mismo es sin lugar dudas una absoluta contradicción que merece nuestra máxima atención.

Creo que no es suficiente ver al suicido como el efecto del desgaste mental, emocional y espiritual del pastor ante la alta exigencia de la congregación. Sino que el suicido de pastores debiera percibirse como un serio signo de alarma en la estructura eclesiástica del siglo XXI. El ministerio pastoral, a mi juicio, no es una profesión más del sistema social que nos rodea sino un llamado divino. Dios escoge su gente para la obra del ministerio con el fin de edificar su cuerpo no al precio de la destrucción de sus siervos. Este tipo de acontecimientos son luces rojas que se encienden como una llamada de atención. Ahora bien, identificar los detonantes que provocan estas lamentables decisiones sería una tarea de responsabilidad a todos los niveles. Deberíamos considerar la posibilidad de no haber desarrollado una maquinaria religiosa que destruye sus instrumentos de salud y restauración en un mundo que devora a sus moradores. Es decir, reflexionar si el pastor no sería una víctima de un inhumano y despiadado sistema religioso que nada tiene que ver con la auténtica fe cristiana.

Si la iglesia es como un edifico debiéramos revisar el fundamento y la estructura, más allá de la apariencia, hasta descubrir las áreas fuertes y débiles, en especial detenernos en las vigas maestras que sostiene la mayor carga. Si miramos la iglesia como un cuerpo orgánico es necesario observar la anatomía funcional del organismo midiendo los determinantes de la salud. Para esto es necesario evaluar factores individuales o personales, estilo de vida, medio ambiente y el soporte institucional religioso.

El concepto del ministerio pastoral.

La observación del desarrollo del ministerio pastoral debiera partir por intentar definir lo que no es un pastor. Esas observaciones pueden ayudarnos a corregir falsas expectativas de sí mismo, así como el de la congregación. Si bien hay personas que poseen múltiples habilidades que le permiten desarrollar múltiples tareas esto no debiera definir el concepto de la auténtica función pastoral.

Un pastor no es un psiquiatra, un médico, un psicólogo, un economista, un gerente, un conferenciante, un pedagogo, un empresario, un político, un actor, un músico, un cantante, un modelo, un escritor, un periodista, un locutor, un arquitecto ni un constructor.

Un pastor sí es un guía de la grey, un protector de la grey, un consejero, un restaurador, un reconciliador, un pacificador, un maestro de la palabra de Dios, un hombre de Dios, un hombre cercano de confianza y un motivador de buenas obras.

Modelo y rol ministerial

En el desarrollo ministerial hay modelos piramidales donde la figura pastoral está en la cúspide del edificio. Posición que fomenta el aislamiento social con una función de autoridad sobre dimensionado que no facilita compartir responsabilidades con otros como iguales. Este modelo produce una sobrecarga de responsabilidad con escasa oportunidad para reconocer áreas de debilidad y ayuda. De modo que el rol pastoral estaría sometido a un alto nivel de estrés. Este patrón de servicio ministerial consumirá muchísima energía con escaso tiempo de calidad para recuperar el desgaste.

Sociología de la religión 

La religión cristiana está influenciada por modelos sociales que encuadran estándares del éxito que nada tiene que ver con el modelo bíblico. Es así como la meta de realización pastoral está marcada inconscientemente por lo que la sociedad demanda. Todo lo que nos aleje de la auténtica figura pastoral producirá un creciente desgaste. Sin dudas el activismo pastoral muchas veces está lejos de la demanda que el Pastor de los pastores pide de sus colaboradores en el cuidado de sus ovejas. zo

Expectativas y tolerancia ante la frustración 

El nivel de satisfacción y desdicha de un pastor está íntimamente unida a las expectativas cumplidas. Cuando más elevada son las expectativas no cumplidas más desdichado y frustrado estará el pastor. Cuando la hiperactividad no se ve recompensada proporcionalmente al esfuerzo provocará frustración. Sentimiento que no se podrá compartir verbalmente con otros por ser una muestra de debilidad, falta de fe o calidad espiritual. Esta reacción producirá aislamiento con mayor tristeza generando un círculo vicioso de creciente frustración. La situación se verá ensombrecida al intentar buscar culpables en su congregación que seguramente identificaría en su tiempo de soledad aumentando el nivel de amargura e insatisfacción ministerial. Sin duda un espiral cuesta abajo con riesgo vital.

Motivaciones extrínsecas e intrínsecas

La motivación de una persona es el motor que genera la acción que puede partir impulsos internos o por la demanda exterior de otros que reclaman el movimiento. Sin duda la que da la mayor satisfacción es la que se mueve por convicciones interiores. La demanda exterior actúa como una fuerza que nos mueve hacer cosas sin certeza ni convicción interior. Es decir, cumplir las expectativas de otros abandonando la llamada interior del corazón. Cuando la motivación no está ordenada la actividad pastoral puede llevar a la amargura.

Teología de la responsabilidad y soberanía divina

El ministerio pastoral colabora en la edificación del cuerpo de Cristo. No es el responsable primario de la obra de Dios. Poseer una teología balanceada entre la responsabilidad humana y la soberanía de Dios, determinará una actitud equilibrada frente a la grey. Aprender a descansar confiadamente en el Señor, sin duda es un bálsamo permanente ante la dura tarea de guiar a otros. El evangelio contiene el poder de salvar, transformar y construir la vida del mensajero, así como los oyentes. Ante la desgracia que hoy nos ocupa es imprescindible ahondar en la teología pastoral que hemos desarrollado en este siglo. Es imprescindible preguntarnos si estamos caminando en una verdad constructiva o estamos dando pasos en una teología que consume la vida pastoral.

Consideraciones familiares

La familia del pastor, debiera ser el refugio humano principal. La supervisión de la familia pastoral es un campo de observación y detección de signos y síntomas de la salud emocional y mental del pastor. Un campo que debiera protegerse desde todos los niveles de responsabilidad de las instituciones religiosas, que muchas veces premia desmedidamente el crecimiento numérico sin medir el efecto desgastante de la familia pastoral. Un llamado a priorizar el enfoque de las organizaciones religiosas.

Gestión del pecado, responsabilidad y culpa. 

Una de las funciones pastorales es encaminar a la grey en el camino de la santidad, así como a protegerla del efecto destructor del pecado. Ahora bien, el pastor es un ser humano también vulnerable al pecado que debiera tener al alcance personas de confianza que le ayuden a gestionar en el supuesto de pecados morales ocultos no confesado. La culpabilidad del pecado mal gestionado en una personalidad depresiva es gasolina para el fuego de la vergüenza. Así que el pastor debiera poseer mecanismos humanos para poder trabajar adecuadamente con el pecado y la culpa en el entorno de la Iglesia.

Cultivo de espiritualidad es muy importante pero no es todo

Una persona posee una compleja estructura vital, que no solo se nutre de disciplinas espirituales, independientemente de su rol ministerial, sino que para mantenerse saludable el ser humano debe poseer un adecuado equilibrio de sus elementos emocionales, físicos, mentales y sociales. El pastor está expuesto y es vulnerable a múltiples factores que pueden romper este complejo balance. Así que sin minimizar la importancia de la espiritualidad debiera instruir al pastor para cuidarse en todas sus áreas.

La salud mental de un pastor 

Todo un tema para desarrollar. Solo decir que es imprescindible poseer mecanismo de detección precoz de signos y síntomas de personalidades depresivas, así como enseñar a lidiar con la presión y el estrés del ministerio, una toma de conciencia de las instituciones teológicas, así como el de los organismos religiosos.

Una teología sobre el suicidio 

Ni una teología condenatoria ni una teología complaciente, ni minimizar ni maximizar el asunto. El desarrollo de una teología responsablemente equilibrada debe contribuir a crear mecanismos de protección y prevención del suicidio. Así mismo es imprescindible aportar una teología de consuelo para familiares e iglesias que hayan atravesado por esta triste experiencia. La evasión de la realidad no contribuye en la edificación de la Iglesia.



El Dr. Solis es doctor en medicina, ministro, y misionero.

Comments

Popular Posts